Las opiniones direccionaron por estos días hacia las 16 enmiendas
constitucionales, que plantean la posible reelección del presidente Rafael Correa
en el 2017. Muchas voces van contra el mandatario como candidato, pero finalmente
son los ecuatorianos quienes deciden darle o no su voto. Las voces deben
concentrarse en la manera como pretende
mantenerse en el poder, pues si la Constitución se aprobó mediante una consulta
popular, de la misma forma debería modificarse.
Ahora que las solicitudes de los formularios para la consulta han
sido rechazadas, con trabas y excusas que probablemente seguirán apareciendo, todo
apunta a que la decisión finalmente estará en manos de la Asamblea que, como
sabemos, pertenece en su mayoría al Movimiento Alianza PAIS. Dando la
reelección como un hecho, tendríamos que observar el presente político de
quienes podrían -o tienen interés- en reñir con Correa la presidencia.
Algunos con la capacidad, otros con las ganas, las deducciones
apuntan al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot; al excandidato presidencial, Guillermo
Lasso; al alcalde de Quito, Mauricio Rodas; al prefecto del Guayas, Jimmy Jairala;
y al prefecto del Azuay, Paúl Carrasco.
Jaime Nebot ha logrado de Guayaquil una ciudad autónoma, utilizando
los recursos proporcionados por el Gobierno como un plus con el que
puede hacer más eficientes los procesos y las obras, no como un todo
indispensable sin el que no puede funcionar la ciudad. Ha adelantado proyectos
de transporte y movilidad con o sin ayuda del Gobierno. Nebot creó una relación
de igual a igual Nebot-Correa. Pero ya anunció que su vida política acaba con
esta administración.
Guillermo Lasso, a través del grupo Compromiso Ecuador, consiguió
unir políticamente a Lucio Paredes y Cesar Montufar, para hacer oposición a las enmiendas constitucionales. Es
decir, desde su posición anuncia que quiere una participación política sin
Correa como contrincante, con una alianza de partidos no alineados al gobierno,
como la que ya logró. En días pasados, Compromiso Ecuador recibió el primer
rechazo del CNE a la solicitud de los formularios para la consulta popular,
quizás el grupo seguirá las indicaciones de la entidad para intentarlo una vez
más, pero si su solicitud y la de otros partidos no logran nada, Lasso tendría
que enfrentarse una vez más al candidato Correa. Aunque antes, al no lograr la
consulta, su popularidad bajaría, panorama desalentador para un candidato poco sonado
entre los ciudadanos. A las campañas de Lasso les ha faltado tocar corazones. No
genera confianza, que a fin de cuentas es lo que posicionó por primera vez a
Correa como presidente.
Mauricio Rodas enfrenta un gran desafío político. Parece que todo
depende de un factor. Para mejorar el
transporte y la movilidad de la capital, se echó en hombros la responsabilidad
del Metro de Quito. Ahora, el proyecto presenta un déficit que la ciudad no
puede cubrir y que el Gobierno no aceptó financiar. Correa, previendo que Rodas
puede ser su contrincante, no cederá en un dólar más de los que prometió al
inicio del proyecto. Si Rodas logra construir el Metro de Quito, buscando
recursos por otras partes, su imagen sería fuerte y podría trascender
políticamente y dar una buena batalla en las presidenciales. Sin Metro,
probablemente no hay presidencia para Rodas.
Jairala, desde su administración, ha permanecido en una campaña inacabable
que expone claramente su interés en trascender en su carrera política. Su
movimiento Centro Democrático también se proyecta como nacional. Lo que no
queda claro de su aspiración, es la cercanía política con Alianza PAIS, pues
tendría que competir con Correa. Lo que se puede especular, es que quizás sea
una carta –no tan fuerte- para la presidencia. Aunque si es de apostar, le sería más conveniente ir por la Alcaldía de Guayaquil.
Finalmente Carrasco, prefecto del Azuay, ha intentado posicionar su
criterio opinando sobre varias situaciones, pero no lo ha hecho de forma
ordenada. Ha hablado sin una estrategia o una sola línea que defina su
posición. Su mejor herramienta sería hacer las cosas con calma, ponerle riendas
a su efusividad para que no se fatigue pronto. También debería saber estrechar vínculos
de trabajo, pues con la alcaldía de Cuenca no pudo producir resultados útiles.
Dominando esos dos factores, podría enmendar que su prefectura no tenga mayor
impacto mediático.
En conclusión, el posible candidato Rafael Correa es más fuerte que
sus posibles contrincantes. Tiene control sobre el Estado y los medios de
comunicación. Su experiencia le ha dejado estrategias definidas, que resultan
efectivas. Y por encima de todo, ha logrado medidas populares que pueden
adelantarlo a pasos agigantados de la oposición. Por ejemplo, logrará afiliar a
miles de amas de casa –en las que nunca nadie había pensado- a la pensión. No
puede negarse que ha generado desarrollo.
Hay que esperar 2015 para ver cómo se comporta el precio del petróleo, qué iniciativa lidera Lasso con Compromiso Ecuador, qué logra Rodas con el Metro, qué popularidad alcanzan los prefectos, y a quién decide apoyar Nebot, pues si bien se retira, su voz sigue siendo muy fuerte.
[Foto tomada de la web]